ETA anunció su disolución completa hace meses, pero siguen quedando dudas, detalles sin resolver y consecuencias de una actividad armada que ha marcado para mal la historia de España. Ahora que está de actualidad el posible acercamiento de los presos etarras conviene hacerse una pregunta. ¿Cuántos miembros de la banda siguen entre rejas? Las cifras son claras: un total de 300, repartidos entre España y Francia.

Nuestras prisiones, 44 para ser exactos, mantienen en sus recintos a 250 personas que formaron parte de la banda terrorista o estuvieron vinculadas a ella. El resto, los 45 restantes, cumplen condena en 18 prisiones galas. En realidad, una cifra relativamente baja teniendo en cuenta que en 2008 la cifra de presos de ETA ascendía a unos 762 (670 de ellos en España).

¿Por qué se ha producido este descenso? Principalmente por un motivo: la derogación de la doctrina Parot en 2013. Esta medida permitió la salida de la cárcel de 63 etarras, aunque el ritmo de salida ya se había incrementado el año anterior.

De todos los presos, hay 45 que llevan más de veinte años en la cárcel. Además, casi treinta de ellos han cumplido ya los sesenta años. Hay que tener en cuenta que alguno de ellos fue extraditado recientemente, como es el caso de Félix Alberto López de la Calle, Mobutu, entregado por Francia hace casi dos años. Es el más joven de todo este grupo, con 56 años.

Más reciente fue la llegada desde Londres el año pasado de Antonio Troitiño (61 años), requerido desde 2012 por presunta reintegración a ETA, y que ha sido condenado a cerca de seis años de cárcel.

Poco menos, desde 2010, es el que lleva encarcelado en Villena (Alicante) José Lorenzo Ayestaran Legorburu, Fanecas, que hace dos años asumió todas las acciones de la banda. Por su parte, Ignacio Aracama Mendia, Makario, ya suma 21 entre rejas por los 18 asesinatos que se le atribuyen. Tiene 66 años.

Si seguimos centrándonos en los históricos del grupo terrorista aparecen los nombres de Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y Joseba Arregi Erostarbe, Fiti. Ambos dirigieron ETA durante bastante tiempo, y cayeron en Francia en una de las principales operaciones contra la banda, hace 25 años.

Algunos etarras encarcelados tienen el cartel de ser de los más sanguinarios. Es el caso de Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros: tiene 70 años y cumple condena en una cárcel de Salamanca.

Tiene condenas de casi 2.000 años por el atentado de 1986 en la plaza de la Republicana Dominicana de Madrid, en el que fallecieron 12 guardias civiles, o de otros casi 800 años por ordenar el atentado de Hipercor en Barcelona en 1987, en el que murieron 21 personas.

En el mismo sentido cabe mencionar a José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, cumple una abultada condena como responsable de 20 crímenes y del intento de asesinato del Rey Juan Carlos en Mallorca en 1995.

Su detención en París en 1999 fue uno de los golpes policiales más destacados después de la tregua indefinida declarada un año antes. Fue el primer etarra entregado por Francia en virtud del mecanismo de entrega temporal en 2001.

Aquí entra en juego una de las principales reclamaciones que llevan haciendo los presos y sus familias durante los últimos años: el acercamiento a prisiones cercanas al País Vasco. Ahora mismo, solo tres cumplen condena allí y un cuarto, Ibon Iparragirre, enfermo de sida, fue en enero trasladado a un hospital de Gipuzkoa para seguir cumpliendo condena en régimen de prisión atenuada.

Nueve prisiones andaluzas se reparten 85 presos, por delante de los 45 que cumplen penas en cárceles de la Comunidad Valenciana, y, ya en menor medida, los que están internos en centros de Galicia (22), Castilla y León (15) o los 11 de Castilla La-Mancha.

Frente a estos centros, los más alejados de Euskadi son los tres de la provincia de Cádiz, con treinta presos. Entre ellos, Aitor Agirrebarrena Beldarrain, por participar en el asesinato del periodista José Luis López de Lacalle; José María Dorronsoro, uno de los jefes del aparato de extorsión; o Jon Bienzobas Arretxe, Karaka, por el asesinato del expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente.

Solo desde el pasado año han abandonado su celda definitivamente Idoia López Riaño, La Tigresa, que se desvinculó de ETA en 2010 y que ha estado encarcelada 23 años; Felipe San Epifanio, Pipe, jefe del sanguinario comando Barcelona tras el mismo periodo entre rejas; o José Miguel Gaztelu, uno de los secuestradores del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.

En la lista de recientes excarcelaciones también figuran el dirigente sindical 'abertzale' Rafael Díez Usabiaga tras seis años y medio de prisión por intentar reconstituir la ilegalizada Batasuna o Iñaki Igerategi e Ignacio Otaño tras cumplir condena por dar información para que la banda asesinara a Joseba Pagazaurtundua en febrero de 2003.